Los timbirichos vinieron a Veracrúj para celebrar los 25 años del grupo (la neta es que casi todos son desempleados y ya les gustó esto de los reencuentros... digo, los hijos tienen que comer ¿no?). En fin, que para variar, mi característica indecisión me hizo dejar lo de la compra de los boletos para el final. Conseguí 4 cortesías, pero el problema fue que como Aitana (de 4 años) quería ir, me faltaba todavía un boleto.
No obstante, decidimos arriesgarnos y lanzarnos con todo y niña sin boleto. Hicimos como unas dos horitas de fila, tiempo en el que mi madre, mi hermana, mi vecina y yo nos encargamos de "aleccionar" a la susodicha de 4 años:
- Aitana, si te preguntan cuántos años tienes, debes decir 2. ¿Cuántos años tienes?
- Dos.
El tiempo transcurrió. Los empujones no se hicieron esperar, pero llegamos. A la hora de entregar los boletos, mi hermana carga a Aitana y le dice:
- Mejor hazte la dormida.
Nos reciben los boletos. Una por una.
Cinco personas, cuatro boletos.
Mi corazón se acelera -soy preocupona, qué le puedo hacer.
No nos dicen nada.
Ya entramos.
Damos un feliz paso, cuando se escucha fuertemente a la niña "dormida" gritar al señor de la puerta:
- PERO TENGO DOS AÑOOOOOS.
------ Nos reimos, y sobrevivimos.
Y el concierto estuvo bueno. Sasha rulez!
PD. Pronto, mi
best seller:
Enseñe a sus hijos a mentir sin que le remuerda la conciencia (a Usted, el chamaco seguro que ni se inmuta).