Y el cadáver de un árbol de más de treinta años yacía ahí, aun con su gran sangre blanca escurriendo al contacto con la lluvia. Desmembrado y ultrajado por las sierras eléctricas de los poderosos.
Y la masa, esa masa que ve sin mirar, que nunca se ve afectada por las cosas que no la tocan, ignora que esto sí la tocará. No hoy, tal vez no mañana... yo, lluevo con el cielo.
:( hdlgp