junio 29, 2009

junio 21, 2009

UP

Pocas veces me tomo el tiempo de recomendar películas, pero Up vale tremendamente la pena. Procuraré no decir de más para aquellos que no la han visto.

Ayer la fuimos a ver, en 3D pa'que valiese la pena (y estábamos medio emos [emas], así que nos consentimos).

Creo que lo que más me gustó, fue la historia inicial que no es precisamente la central.

De hecho, si no me equivoco, esta historia inicial, que da curso al reeeesto de la película, no se debe llevar más de unos... ¿mmhh 15 minutos?



Sin embargo, es en esta parte donde hay una de las secuencias que más me han impactado en lo que a cine se refiere. Una secuencia tremendamente linda, pero cruda a la vez. Una historia en la que no hay palabras, simplemente escenas breves en las que grandes y chicos comprendemos lo que pasa... y en la que pasa justo lo que no crees (mucho menos quieres) que va a pasar.



No diré más, sólo diré que lloré y lloré y volví a llorar, pero la recomiendo mucho. Excelentes efectos, personajes terrenales y reales, escenas simpáticas... al final de cuentas la película narra una adventura en la que hasta hay perros que hablan. Pero yo, me quedo con la historia del amor entre Carl y Ellie... y pienso que puedo ser más idealista y mielera de lo que yo misma pensaba.

:)

junio 01, 2009

Yo en el foquin stand

Con certeza sé que puedo pasar horas sin hablar. Así soy, no sé por qué (y a pesar de haber estudiado comunicación, como alguien me dijo alguna vez).

De la misma manera sé que ese tiempo en el que no hablo, puede ser sabiamente invertido en observar. Me gusta observar a la gente: lo que hacen, en qué piensan, cómo se visten... y es curioso que hoy, por segunda ocasión, me hayan mandado al stand de la Universidad en Plaza Américas.

Lo que creo una inversión infructuosa (tengo 6 horas aquí y hasta el momento solamente dos personas se han acercado; sin contar a los que me preguntaron ya por los baños, la zona gourmet y la boutique de Tirso), me ha dejado tiempo para ver a la gente.

Lo primero, un feliz niño de 9 ó 10 años patinando en sus tenis-patines, ¡quisiera unos! Pasea y patina mientras camina, ¿por qué no habían de esos en mis tiempos? Megusta patinar, creo que se puede uno sentir tan libre y relajado... y sin embargo, hace tiempo que no lo hago.

Después, veo a dos muchachos; no sabía yo leer eso, pero el roce entre sus brazos al caminar, a simple vista tan cotidiano, me dice que entre ellos hay algo, tal vez un simple coqueteo, tal vez algo más.

Los adolescentes en “bolita” me recuerdan a cuando Mary y yo dábamos vueltas por Plaza Mocambo... se nos iba la tarde en hacer eso, caminar y caminar por una plaza que es la tercera parte de aquí. Y cómo nos divertíamos.

Un hombre y una mujer que se visten igual para demostrar su amor; una chava con un minivestido hermoso como el que yo quisiera pero nunca me pondría; una señora de la tienda +KOTAS con la blusa mojada (seguro la orinó un puercoespín o un conejillo de indias); unas ex compañeras mías de la secundaria... (¡qué viejas y gordas se ven!); y yo, sin poder piratearme ninguna señal de red...

Y por alguna extraña razón, sin quitarme de la cabeza Tu prisa de Fernando Delgadillo...