octubre 29, 2010

Esencias cotidianas

No pasa muy seguido, pero disfruto los días como éste.

Ya olvidé su atuendo, su rostro, su cuerpo, pero no puedo quitar de mi mente su olor. Ese olor que invadió mi espacio, que inundó mi esencia, que se aferró más aún después de su partida.

Perdone usted mi insistencia, pero es que como ya le decía, son pocas las ocasiones en las que tengo la fortuna de encontrar una como ella. Normalmente son mujeres que recojo en el mercado; mujeres cansadas que huelen a sudor, a trabajo arduo, a fritanga, manteca y frijoles. Una señorita como ella no es frecuente.

Estuvimos juntos cerca de 40 minutos. Apúrele señor, que tengo que llegar a mi clase - me dijo cuando íbamos a mitad del camino. Yo quería manejar lento, despacito, disfrutar más tiempo de ese olor que no era como el del perfume barato de las otras. No. El de ella era especial. Único.

Los semáforos se hicieron más claros, las calles amistosas, los transeúntes invisibles, los baches oasis en el desierto. ¿Será eso lo que la gente llama éxtasis?

Para mi desgracia, todo terminó cuando ella se fue. Me pagó y sin más palabra desapareció.

Le debo confesar que me atreví a tomar unos segundos para asegurarme de que se alejaba. Me dio miedo que lo notara pero... ni siquiera se percató. Y fue entonces que arranqué mi taxi robándome ese olor que he de guardar para siempre.

octubre 22, 2010

Él va a cambiar

Sí, sé que me es infiel. Sé que miente. Sé que es irresponsable. Sé que es drogadicto. Sé que me golpea. Sé que golpea a mis hijos. Sé que lo mantengo...


Pero él va a cambiar.


Hoy platicaba con Carolina en torno a su relación con el hombre al que ama. Un tipo más grande que ella, con tremenda facha de pimp; jodido y sin ganas de salir adelante, que la utiliza y un día la ama y los otros seis no. Me armo de ovarios. Le digo que lo deje, que se busque un chavito de su edad que le permita tener preocupaciones propias de su etapa de vida y no semejantes problemas de un tipo conflictivo sin dinero, amor, casa, trabajo, estudios... Lo sabe, todos se lo hemos dicho. Pero está segura que él ha de cambiar... segurito cambia.


Y no puedo ser tan descarada como para juzgarla. Alguna vez pensé lo mismo: "Con amor seguro cambia, lo que pasa es que no ha tenido las condiciones para amar bien, chido, al 100% a una persona que lo trate bien. Seguro con mi súper amor de super woman, ha de cambiar".


Wrong. So fucking wrong. La gente no cambia. Menos los hombres problemáticos, irresponsables, inmaduros y güebones (sic). Son así porque quieren, porque están en zona de confort siendo mantenidos por una mujer - y con mantenidos no me refiero solamente a un soporte económico, eso sería lo menos. Es algo más profundo. Mantenidos en todo, en responsabilidades, en empuje, en vida, inclusive en sexualidad.  


Este síndrome de super woman debe tener un nombre científico, porque sé que a muchas nos pasa. 


Y aunque dicen que el hombre es un ser dinámico, yo creo que hay algunos que son más estáticos que la pared con hongos de mi recámara: se conforman con su patética y nefasta existencia.


Cuesta mucho dejar atrás esos personajes que son un retroceso en tu vida, pero mirando hacia atrás, me da gusto haberme podido deshacer del lastre que cargaba y declararme hoy plenamente feliz y mía de mí. Espero que Carolina pueda verlo pronto.



octubre 12, 2010

Nuestro ir y venir

Hacía tanto tiempo ya, que había olvidado lo que era sentir el calor de otro cuerpo junto al mío.

Olores que penetran en la piel.

Miradas morbosas que te deshacen.

Caderas a un lado de las mías...

Ese ir y venir a un mismo ritmo; lo que implica depender de la voluntad de otro.

Y es que ayer tuve que dejar mi carro en la agencia para que le repararan los rayones que le hizo el pendejo de la Lobo que me chocó... y me subí al camión de la ruta Comercial Mexicana. Toda una aventura con un chófer que manejaba como si trajera ganado.

Y debo admitir que hasta lo disfruté.

¿O usted qué había pensado?

octubre 08, 2010

La caída y el cóccix


La verdad, es que no ha sido una muy buena racha. Sin embargo, sí ha tenido su lado amable.

Después del 14 de sep. cuando agarré el carro de mi tío y se quedó sin batería, y me quedé "encerrada" afuera de mi casa, el segundo día de tragedias fue consecutivo.

Mi hermana, cabello planchado, maquillaje verde, blanco y rojo, vestida para ir a celebrar la Independencia de México, baja las escaleras y se cae. Yo escuché los gritos y por un momento pensé que era un niño llorando (sabía que no era la mía porque estaba junto a mí, por eso no me espanté tanto en un principio).


En efecto, mi hermana estaba tirada al pie de la escalera llorando y sin poder pararse. Lloraba, moqueaba, intentaba mantener la compostura y por segundos se volvía a preocupar por su cabello alaciado... nada, estaba muy mal.

Así, cuando Bere y yo ya la teníamos medio acomodada en un sillón mientras decidíamos si irnos al hospital o no, la enferma pedía a Dios:
Por favor Diosito, por favor que no sea fractura de cóccix...

Yo no entendía la urgencia, hasta que me explicó que la fractura de cóccix solamente se endereza con los dedos de manera rectal...
Es que es lo único virgen que me queda.

Por supuesto, nos reímos mucho.

Mi hija de 7 años, quien sí se espantó mucho, sale de su escondite (debajo de la mesa) y dice:

Bueno, por lo menos no ha perdido el sentido del humor ... ... ... ... yo creo que mi mamá cuando era chiquita se cayó y lo perdió.

... Jija de su madre.

La historia terminó en un esguince de cóccix de primer grado y reposo y medicamentos por 5 días. Y todo, por andar con zapatillas subiendo y bajando escaleras... yo por eso me quedo con mis Converse ;)



octubre 07, 2010

Me muerdo los labios

Me muerdo los labios. Sí. Y lo hago porque muero por escribir y vomitarte todas esas palabras que sé que te harán daño; que te cortarán en mil pedazos; que te harán enrojecer de ira, llorar de coraje, sangrar de odio.

Y me muerdo los labios.

Lo hago porque no quiero imaginarte sufriendo.

Prefiero verlo a todo color.

octubre 06, 2010

Yo no hago nada (y los avatares de la doble negación)

Nada más halagador, equivalente a un baño de ego, que un hombre de tu pasado, pasado, pasado, te encuentre como 12 años después.

Que te confiese que encontró tu correo a través de algunas cuestiones de la red y se atrevió a escribirte para saber si eres tú y si te acuerdas de él. Porque... pues nomás.

Sí... oh sí... y es exitoso, talentosísimo, expone internacionalmente, guapo según mis retorcidos estándares, peloncito (no sé pq últimamente me atraen los hombres peloncitos, debo estar a punto de madurar), solo por el momento...

:D

Necesitaba un empujón de éstos desde hace mucho. Y me alegró el día.

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Ya luego cuento del hombre al que intimidé tanto, que prefirió quedarse encerrado en su carro hasta que llegara el de la aseguradora... ¡qué nena!