Sábado, 20:00 hrs. Wal-Mart
Desde hace mucho quería arroz con leche, así que fuimos a la sección de comida preparada. Junto a mi delicioso arroz con leche, había gelatina de mosaicos cortada en cuadritos.
Mamá: Aitana, ¿quieres gelatina?
Niña consentida: Sí mamá. Dame.
Mamá responsable: No Aitana, te compro y te la comes hasta la casa.
Niña hambrienta: Nooooo, dame ahorita.
Mamá concienzuda: No. Ya sabes que te la doy hasta la casa.
Caminamos hacia el mostrador donde le ponen los precios...
Niña mañosa: Por favor, por favor, dameeeee.
Mamá ruda y firme en sus decisiones: No.
Seguimos caminando... llegamos al mostrador.
Niña cabrona: Dameeeeee... por favoooor.
Mamá siglo XXI: Ay ya, pa'que te calmes [y no estés ching...] agarra un cuadrito rápido y cómetelo.
La niña, toma el cuadrito y se lo atraganta. Reímos, reímos y seguimos riendo cual viles cómplices del crimen recién cometido. Levanto la vista hacia la señora que cobra. Finjo demencia. Y de pronto, la señora atrás de nosotras en la fila hace un ruido de asco tipo: Ughhhhhh. Todos me ven.
Volteo y Aitana ya había escupido la gelatina pues se estaba ahogando -atragantarse de gelatina es de las peores sensaciones que hay- y me mira con cara de: Oooppssss. Todos nos siguen viendo...
Se cierra la escena con un
close-up a la jeta de la señora del mostrador diciendo:
-Allá hay servilletas.