agosto 08, 2010

La nenna que soñaba con un cerillo y un galón de gasolina


Y es que sigo adelantando mi cuota del lustro en lo que a leer se refiere.

Con la trilogía que C. ha tenido a bien regalarme, voy por el segundo libro de Stieg Larsson: The girl who played with fire. La verdad es que me había quedado bastante contenta con la primera parte, pero debo decir que esta segunda es bastante buena también, a pesar de que apenas llevo como 5 capítulos.



Es de esos libros que te van enredando sutilmente y te hacen querer seguir leyendo el libro completito. El hecho de que a mí no me dé sueño, es una muestra de que la narrativa de este cuate tiene un buen ritmo y te va llevando plácida, pero aceleradamente a través de la historia y situaciones que se van desenmarañando.

Por supuesto, había olvidado lo interesante que me resulta el personaje de Lisbeth quien ante todo, se encarga de las venganzas. Esas venganzas tan controladas, bien planeadas, por demás creativas y, por supuesto, merecidas.

Yo, me relajo, me pongo a leer y pienso en que a veces las venganzas no son tan necesarias: Al que obra mal se le pudre el animal y es taaaaan divertido cuando uno se va enterando de animales podriditos sin haber tenido que meter las manos.

Oh sí. Karma is a funny bitch.

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