Ten cuidado con lo que deseas. Puede materializarse a las 2 de la mañana; espantarte el sueño; obligarte a darte cuenta de que en realidad ni lo deseabas tanto.
Shame on you...
octubre 18, 2013
octubre 16, 2013
Octubre
Ya es octubre y con él llegaron los naranjas, los cafés, los verdes y los corazones rotos.
La diferencia es que esta vez mi corazón no se rompió por alguien. Lo rompí yo al no haberme puesto la suficiente atención y dejarme llevar. Y volar, y volar.
Y seguir volando, con la esperanza de que cuando me caigo, me vuelvo a levantar.
marzo 27, 2013
Y el cadáver de un árbol de más de treinta años yacía ahí, aun con su gran sangre blanca escurriendo al contacto con la lluvia. Desmembrado y ultrajado por las sierras eléctricas de los poderosos.
Y la masa, esa masa que ve sin mirar, que nunca se ve afectada por las cosas que no la tocan, ignora que esto sí la tocará. No hoy, tal vez no mañana... yo, lluevo con el cielo.
:( hdlgp
Y la masa, esa masa que ve sin mirar, que nunca se ve afectada por las cosas que no la tocan, ignora que esto sí la tocará. No hoy, tal vez no mañana... yo, lluevo con el cielo.
:( hdlgp
enero 19, 2013
Mi poeta
Hay un hombre que todos los sábados me regala sonrisas. Gracias Manolo Pineda, mi poeta favorito de los sábados.
PALABRAS PARA UNA MUCHACHA TRISTE EN SÁBADO
Era una chica demasiada triste
con las ojeras de soledad
y el boleto a un país que casi nadie conoce
Era una chica con demasiados pretextos
para no llorar
mientras el mar se le iba entre las manos
Ninguno comprendió lo que ella pedía
no era la promesa del orgasmo
ni los finales felices
y tampoco promesas definitorias
ella era una muchacha que
sólo quería compartir el puerto
una copa
recorrer el bulevard
compartir los demonios
y las risas de madrugada
ella era una chica que sólo quería
un hechicero
para su piel
sus silencios y sonidos
su nocturnidad.
PALABRAS PARA UNA MUCHACHA TRISTE EN SÁBADO
Era una chica demasiada triste
con las ojeras de soledad
y el boleto a un país que casi nadie conoce
Era una chica con demasiados pretextos
para no llorar
mientras el mar se le iba entre las manos
Ninguno comprendió lo que ella pedía
no era la promesa del orgasmo
ni los finales felices
y tampoco promesas definitorias
ella era una muchacha que
sólo quería compartir el puerto
una copa
recorrer el bulevard
compartir los demonios
y las risas de madrugada
ella era una chica que sólo quería
un hechicero
para su piel
sus silencios y sonidos
su nocturnidad.
enero 16, 2013
Mi Sanz en Veracruz
A veces, solamente a veces, se necesita la exacta cuadratura de los elementos para conseguir algo muy anhelado. Tengo 20, sí, 20 años enamorada de él, lo he ido a ver a ocho conciertos, sola, acompañada, en el Auditorio, Metropolitan, Foro Sol, WTC, you name it...
Ayer llegó a Veracruz y mi mundo se derrumbaba de saber que lo tenía tan cerca y no lo había podido ver (me pasó en 2011 cuando a pesar de que conseguí entrar con pase de prensa, no lo pude ver más allá de la segunda zona de asientos). Me mataba la impotencia de que no había tenido ningún contacto que me pudiese meter como prensa o staff.
Así, hoy me levanté decidida a verlo a como diera lugar. Está de más decir que desperté con mensajitos de amigos diciendo que sabían que él estaría en tal lugar, que los medios tales decían que en el otro, los de tránsito en otro más. No pude ni desayunar de la ansiedad.
Me decidí a irme a la aventura -y sola como perro- animada por mi segundo sol: mi mamá. Llegué a la calle de Uribe entre Díaz Mirón y La Fragua para encontrarme con sorprendentemente pocos mirones. Las cosas no pintaban bien a esas 9:30 hrs.: cero fans y poco movimiento en la muy chida locación huaquera.
A los cinco minutos, comenzaron a guardar el equipo y yo, a sondear a los que andaban por ahí. El siguiente punto: el Museo de la Ciudad en la calle Zaragoza. Llegué, no vi movimiento y me fui hasta Atarazanas donde en efecto, estaba el Director del vídeo. Todo iba bien, yo tenía primera fila en la locación donde ya estaban haciendo tomas con los músicos, cuando suena mi alarma del celular: se acababa mi tiempo en el parquímetro y me arriesgaba a que me pusieran una cosa extraña en la llanta acompañada de su respectiva multa. "¿Qué hago? ¿Me aparta mi lugar?" Le pregunté a la señora de edad que estaba junto a mí y quien llevaba una gran bolsa negra llena de papayas (wtf?). "Sí, vete y yo a las 12 que me vaya te dejo mi lugar" y eran las 10 apenas jeje. Así, me salí, caminé muchas cuadras y opté por dejar mi carro en un estacionamiento privado (cosa que debí hacer desde un principio).
Para este momento, pensaba en escribir un exitoso libro: "Cinco técnicas infalibles para nunca encontrar al hombre al que estás acosando". Por lo menos, sería un best seller. Pero no. Al salirme para lo del parquímetro, descubrí la luz de la vida: el camerino móvil desde donde Alejandro se movería a distintas partes de la ciudad y regresaría. No me volví a mover de ahí hasta las 4 de la tarde. Y lo logré. Lo vi cerquita, cerquita:
Muy cerquita:
Y muy hermoso,
Y muy cerquita (¿ya lo había mencionado?),
Debo confesar que cuando lo tuve cerca lo toqué en el antebrazo (sí, el brazo izquierdo donde tiene varios tatuajes, el más reciente las notas musicales con los nombres de sus tres hijos) y cuando vi: 1) lo suavecito de su piel, 2) que él no se quejaba; y 3) que los guardaespaldas no decían nada, lo agarré todo del bracito jajaja. Por supuesto le dije algo ñoño, ñoñísimo, tan ñoño que ni siquiera me atrevo a poner aquí: me vio y me agarró la mano. Ufffff es un sol!!!
En fin, que hasta en su twitter salí, y no deja de sorprenderme el increíble, hermoso, humilde ser humano que es. Y aunque madreada, asoleada, deshidratada, fatigada, apestoseada, soy asquerosamente feliz y pude darme cuenta de los grandiosos amigos que tengo. ¡Me falta nada, nada, nada!
Ayer llegó a Veracruz y mi mundo se derrumbaba de saber que lo tenía tan cerca y no lo había podido ver (me pasó en 2011 cuando a pesar de que conseguí entrar con pase de prensa, no lo pude ver más allá de la segunda zona de asientos). Me mataba la impotencia de que no había tenido ningún contacto que me pudiese meter como prensa o staff.
Así, hoy me levanté decidida a verlo a como diera lugar. Está de más decir que desperté con mensajitos de amigos diciendo que sabían que él estaría en tal lugar, que los medios tales decían que en el otro, los de tránsito en otro más. No pude ni desayunar de la ansiedad.
Me decidí a irme a la aventura -y sola como perro- animada por mi segundo sol: mi mamá. Llegué a la calle de Uribe entre Díaz Mirón y La Fragua para encontrarme con sorprendentemente pocos mirones. Las cosas no pintaban bien a esas 9:30 hrs.: cero fans y poco movimiento en la muy chida locación huaquera.
A los cinco minutos, comenzaron a guardar el equipo y yo, a sondear a los que andaban por ahí. El siguiente punto: el Museo de la Ciudad en la calle Zaragoza. Llegué, no vi movimiento y me fui hasta Atarazanas donde en efecto, estaba el Director del vídeo. Todo iba bien, yo tenía primera fila en la locación donde ya estaban haciendo tomas con los músicos, cuando suena mi alarma del celular: se acababa mi tiempo en el parquímetro y me arriesgaba a que me pusieran una cosa extraña en la llanta acompañada de su respectiva multa. "¿Qué hago? ¿Me aparta mi lugar?" Le pregunté a la señora de edad que estaba junto a mí y quien llevaba una gran bolsa negra llena de papayas (wtf?). "Sí, vete y yo a las 12 que me vaya te dejo mi lugar" y eran las 10 apenas jeje. Así, me salí, caminé muchas cuadras y opté por dejar mi carro en un estacionamiento privado (cosa que debí hacer desde un principio).
Para este momento, pensaba en escribir un exitoso libro: "Cinco técnicas infalibles para nunca encontrar al hombre al que estás acosando". Por lo menos, sería un best seller. Pero no. Al salirme para lo del parquímetro, descubrí la luz de la vida: el camerino móvil desde donde Alejandro se movería a distintas partes de la ciudad y regresaría. No me volví a mover de ahí hasta las 4 de la tarde. Y lo logré. Lo vi cerquita, cerquita:
Muy cerquita:
Y muy hermoso,
Y muy cerquita (¿ya lo había mencionado?),
Debo confesar que cuando lo tuve cerca lo toqué en el antebrazo (sí, el brazo izquierdo donde tiene varios tatuajes, el más reciente las notas musicales con los nombres de sus tres hijos) y cuando vi: 1) lo suavecito de su piel, 2) que él no se quejaba; y 3) que los guardaespaldas no decían nada, lo agarré todo del bracito jajaja. Por supuesto le dije algo ñoño, ñoñísimo, tan ñoño que ni siquiera me atrevo a poner aquí: me vio y me agarró la mano. Ufffff es un sol!!!
En fin, que hasta en su twitter salí, y no deja de sorprenderme el increíble, hermoso, humilde ser humano que es. Y aunque madreada, asoleada, deshidratada, fatigada, apestoseada, soy asquerosamente feliz y pude darme cuenta de los grandiosos amigos que tengo. ¡Me falta nada, nada, nada!
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