A veces, sólo a veces, no es bueno desear tanto las cosas, porque se te pueden cumplir.
Y es que en realidad, yo no deseaba nada más que paz laboral (ya hasta me estaba poniendo anorgásmica); primero, me quitan al Yorch, y ahora resulta que me quitaron a mi amiga del corazón, mi Masequita (se fue a rumbos lejanos en los que la consienten y la tienen a dieta de kisses de Hershey's) y me la cambiaron por cada cosa ajquerosa que ni siquiera tendrá el privilegio de ser nombrada en este espacio académico-psycho-sexual (bueno, tal vez sí, pero prometo fotos para evidenciar bien a los nkos invasores).
El chiste es que cuando después de 9 años te cambian toda la jugada laboral, por supuesto que te dan en toda la madre. Y lo malo, es que yo creo que tuvimos cierta parte de culpa y algun's ni cuenta se dan.
Anyway, I love my job.
1 comentario:
Decía Confucio:
Lo único que no cambia, es que todo cambia...
También el trabajo querida Enna...
Ahora, a reaprender ¿o no?
Besitos.
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