Estuve hasta las 5 de la mañana leyendo Los hombres que no amaban a las mujeres de Stieg Larssen, autor sueco que de repente se puso de moda. Tenía muchos años de no hacerlo (en primer lugar, leer; después, desvelarme en ello). Normalmente el sueño me bota antes de que pase un capítulo, pero ayer no, me eché medio libro en unas cuantas horas.
Me desperté a las 8:30 sobresaltada, tan sólo dormí 3 horas. De repente abrí los ojos y no me sentía cansada. Me sentía enojada, impotente (casi tanto como mi ex novio José), decidida a hacer algo al respecto. Es increíble que a estas alturas de mi vida, las pesadillas no traten sobre monstruos, aliens, fantasmas o crisis -ay ooooei. Peor aún: tratan sobre personas de mi pasado.
Sé que me hace mal. De verdad, me esfuerzo por dejar ir, por olvidar, sobre todo por olvidar, pero no sé cómo hacerlo. Hay cosas que por bien propio y por mucho que duelan, no se deben olvidar.
No obstante, me sorprende lo influenciable que soy por andar leyendo cosas de güeyes que abusan de las mujeres y acabar con pesadillas bien reales (cuando leía a Bukowski tendía a pensar que el mundo estaba lleno de pendejos come mierda a quienes moría por mandar a tomar por el culo. Lo sigo pensando, pero ya no lo expreso tan Bukowskianamente).
Bueno, nada, que el final del libro sí que me dejó perpleja: Hombres de mierda, incluido el mismísimo Mikael Blomkvist, -sobre todo, él.
***
Como bien me decía quien me regaló el libro, nada que ver el título en español con: The girl with the Dragon Tatoo; y hoy comienzo el segundo: The girl who played with fire, pero me lo tendré que echar en inglés. A ver si no está ya oxidado mi inglish.
Y con eso, cubro mi cuota de medio libro por año del mexicano promedio, así que de aquí al 2013 ya no leo más ;)
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