Tengo muy claro que ser madre conlleva muchas responsabilidades, innumerables bendiciones, alegría, felicidad, bla, bla y bla.
Por supuesto, también tengo clarísimo lo que me caga de ser mamá. Eso a lo que cada nuevo año escolar temo... a esa cuenta regresiva que sé en algún momento llegará a su fin: la cita con la Maestra.
Y es que ya lo sé, casi, casi puedo decir que tengo medido el tiempo. Sé que el primer recado debe llegar al mes o dos de clases. De ahí, con suerte puedo recibir 1 ó 2 por mes. Pero la cita, oh la cita. Ésa es inevitable.
Así, ayer recibí mi primera cita con la Maestra de "la niña". Una pobre mujer que convive con cerca de 39 mounstritos irrepetibles. Fémina dotada de calma y paciencia, quien además, debe intentar a toda costa quitarles lo burros a los chamacos. Sin embargo, ella también tiene un límite. Y a los 14 días de la segunda parte del año escolar, el suyo fue rebasado.
¿El motivo? En realidad ya no se necesitaba un motivo. Pudo ser que "la niña" les ha pegado a casi todos los del salón; que se la pasa molestando a los de su mesa; que juega con resistol mientras se imparte la lección; que tiene excesivas faltas de ortografía (I shall die!)... el caso es que es oficial: la maestra está hasta la madre.
Y la entiendo. En la guardería eran mordidas y golpeados. En el kínder golpeados e insultados. En 1º de primaria, golpeados y niños de 2º acosados y perseguidos; hoy, simple violencia cotidiana, cero trabajo y... un niño al que le pellizca las pompas (che Rodolfo chillón, algún día rogará por que "la niña" le pique las pompas de nuevo)...
En fin. Sólo era un desahogo necesario. Ya lloré, ya patalee, ya la castigué... por lo pronto, planas, planas, planas. La ortografía es lo que sí tiene solución.
Y sí, estas cosas, pueden destrozar completamente mi día.
La nota amable: Mi mamá dice que qué bueno que le quitamos el Bully de Xbox 360... si no, capaz que ya le hubiera hecho calzón chino a la Maestra. Yo digo que mi mamá exagera.
Ah Bully, qué buen juego! Casi saqué todos los logros... lo he de recuperar para jugarlo los domingos.
6 comentarios:
Se llama karma, K-A-R-M-A. U.U
jajaja así es K.A.R.M.A. y bueno no es tan mala como dices, sólo que es tan inteligente que a las pobres maestras de primaria (que hay algunas que no tienen más de dos dedos de frente) las rebasa y por eso hace lo que ella quiere...
Ahh que Rodolfo tan delicadito y la maestra también, cualquiera puede quitarle lo burro a 39 mounstruos insufribles, OK NO.
Yo digo que el mejor castigo para "la niña" es que la groserees.
K.A.R.M.A. No. Willy, te quiero ver en unos años con tu hijo. Anónimo, ya los tendrás.
Lo que sí, es que lo de la grosereada, puede ser una buena estrategia ;)
Gracias por los ánimos...
Interesante...
EnNa, me haces pensar en qué bueno es que haya pasado esa época para mí, ahora tengo otras preocupaciones, como por ejemplo, que no me haga abuelo alguna de mis hijas. Abuelo a los 50 sería un terror. je.
Un beso.
Humberto.
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