febrero 23, 2011

JF

Yo creo que nada hubiera sucedido de no haber visto esa foto en Facebook.


El simple hecho de ubicarlo en un espacio tan familiar para mí, lo transpoló a un ser terrenal. Ahí estaba él. Tan cambiado, con un bigote que no le favorecía mucho. Una camisa a cuadros y una mujer de ésas que veo todos los días en la calle. Atrás de él, el subway que está abajo del Hotel Villa de Cortés, sobre el bulevar a un lado de Villa del Mar.


No lo podía creer. La odié. ¿Por qué esa mujer tuvo el privilegio de tomarse una foto con él mientras yo seguramente estaba a unos metros, kilómetros de él? Pude ser yo. Pero no. Y así, al igual que la bola de mis alumnitos gay, me dediqué a expresar repetidamente la envidia de no haberlo podido ver de cerca.


Pero mi coraje no quedó ahí. Ya no era el bobo muchacho de Spider Man que nunca me llamó la atención. Ya no era equis. Aprendí a reconocer su nombre y sin querer se metió en mis sueños. Y tuve un gran sueño con James Franco. No lo puedo negar, sólo soy un ser humano.







4 comentarios:

Afasia Anómica. dijo...

Me imagino el sueño, de esos de los que uno no quiere despertar, o no?

SirenNa dijo...

Exacto... tú sabes de cuáles.

Humberto Dib dijo...

EnNa, eh... no sé qué decirte, bueno, que espero hayas disfrutado el sueño. Me has dejado fuera con esta entrada, ¡eh!
Igual te perdono ;)
Un beso.
Humberto.

SirenNa dijo...

Jajaja bueno mi querido Humberto, sólo soy un ser humano ;)