marzo 02, 2012

Debo confesar

Que disfruto enormemente cuando una mujer mayor y fuerte me cagotea por algo que hice/no hice y que de antemano sabía que debía haber hecho/no hecho.

Es una especie de inyección de adrenalina que me sube e inyecta ganas por hacer eso a lo que tanto miedo le tenía.

Me encanta que una mujer cabrona me regañe. Pero nunca un hombre. Jamás.

 

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