Por segunda vez en mi vida, salí seleccionada para ser Funcionaria de Casilla para las próximas elecciones del 1de julio. Confierso que siempre me han gustado esas cosas, y ahora más porque veo que la situación de mi México está por los suelos.
Resulta que llegó la invitación y lo consideré más de dos días. La vez pasada (las elecciones en las que ganó Miguel Alemán como Gobernador, hace ya un buen), comenzamos muy temprano, como a las 7:30 y terminamos como 9:00 de la noche. No está de más expresar que terminé asoleadísima, cansada, fatigada, casi sin vejiga (puesto que no había baño), pero eso sí, con 250 pesotes en la bolsa y el capacitador como amigo. Y sí, una gran satisfacción por haber hecho algo.
La verdad, no me quedaron muchas ganas de volver a participar en eso hasta ahora. Y eso se debe a que realmente me duele ver el país que tenemos, con candidatos deplorables y con la certeza de que terminaré votando por el menos peor, o como en las elecciones pasadas, lo más jodido: anulando mi voto. Pero creo que algo debo poder hacer.
Así que una vez decididida -como tres semanas después y motivada por los muchos yes que recibí en mi consulta personal feisbuquera- le llamé a la capacitadora. Increíble, me dijo: En 10 minutos estoy en tu casa. Y con vehemente sarcasmo pensé: Uy sí que anda urgida, pues venir en 10 minutos... tá cañón.
Pues tristemente, platicando con ella me dijo que así es: nadie quiere participar. De entrada, mi apellido no es la letra sorteada (s), pero tuvieron que ampliar la selección de gente, por lo que mi mes de nacimiento fue lo que me hizo entrar en el grupo. Sin embargo, hay algo terrible: no han siquiera juntado la gente esencial para la casilla. Todos dicen que no. No les interesa, no quieren, o de plano ya ni siquiera viven en donde están registrados.
Y eso me alegra y me deprime. Me alegra egoístamente porque hay más posibilidades de que sea Presidenta de Casilla ;) pero en serio, me deprime porque somos una maravilla quejándonos, opinando, diciendo, pero no hacemos nada. Por eso el país está bien pinche jodido, necesitamos ser proactivos, participativos, conscientes de que las grandes decisiones puede que no sean nuestras, pero de que por algún lado tenemos que comenzar apoyando. A mí me da en la madre saber que trabajaré como Funcionaria todo el domingo -mi único día de descanso- y que al otro día trabajaré a las 7 de la mañana, pero sé que algo debo hacer para que esta jodida situación ya cambie.
Hay que ponernos las pilas. Yo pienso en el país que le voy a dejar a mi hija y no, no quiero que sea algo peor a lo que está recibiendo.
Hay que moverse o nos empiojamos. Y sí: no dejo de ser idealista.
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