abril 25, 2005

Trascendencia Post Mortem

¿Quién lo hubiese imaginado? Un día, hace no mucho tiempo, fueron gestados; crecieron y nacieron del vientre de sus madres. Jugaron, corrieron, anduvieron como cualquier otro ser humano.

De pronto, algo sucedió en los engranajes: sus mentes perdieron la lucidez, enloquecieron y se sumergieron en sus propias realidades. Vagaron por las calles, fueron mirados con rechazo y desdén, humillados y vejados, mas nunca dejados.

Los que una vez fueron entes solitarios, hoy son tocados, explorados y analizados. Hoy sí pertenecen. Hoy también educan. Hoy, inclusive valen mucho más que cuando vivían. Sus almas y mentes ya no están, pero permanece lo importante: sus cuerpos.

Para ellos, la vida significa rechazo; la muerte, trascendencia eterna, aún cuando esto signifique convertirse en simples materiales didácticos.

ELGB.


[Nota amable para el lector: la reciente morbidez de mis escritos no es injustificada. Surge a raíz de mi acercamiento a la creación de una licenciatura de Médico Cirujano y del conocer los procesos y requisitos de un anfiteatro. Tal vez se deriva también de mi fácil impresionabilidad y mi recién adquirido temor/pavor a la muerte, que espero suplantar pronto con alguna nueva fobia menos evidente. Salud.]

2 comentarios:

RomáN dijo...

Definitivamente hay quienes viven más cuando están muertos Amie!
Hay algo en todo esto de humor macabro y negro. Hoy mismo en esa celebración a los maestros -en donde la uni creo que por fin se puso bella invitando en Villa Rica (por cierto, qué ironía que en la Villa Rica se haya agasajado tanto al Colón... )- me tocó compartir la mesa con el doctor que está llevando a cabo la organización de la carrera de medicina y no pude dejar de recordar tu post cuando me platicaba, con lujo de detalle, todo el mecanismo que se está haciendo para garantizar que siempre existan cadáveres frescos para los futuros estudiantes.
Me quedé maravillado y alelado escucharle decir entusiasmado y eufórico, como si se tratará de arracheras o de pechugas de pollo, que había logrado negociar en los mejores términos -después de comparar precios en muchos otros lugares, incluso fuera de Veracruz- un cargamento de cadáveres de la mejor calidad y con papeles de garantía ("asegurando que todos estén enteros y en número equitativo de mujeres y hombres", me precisó emocionado y orgulloso. "No sabes como se lucha y se regatea para poder tener los mejores").
Con un sentido del humor francamente macabro le dije que pensaba que, como en los tacos, acaso al negociar los cadáveres había pedido unos al contado y los otros envueltos y para llevar.
Por toda respuesta, me aseguró -con un brillo de tristeza en la mirada- que no, que lamentablemente sólo había podido conseguirlos con un pequeño descuento por el volumen comprado...

SirenNa dijo...

¡Sí Román! Es un señor maravilloso el Doctor Malo, me fascina verlo caminar por la Uni con su boina blanca y sus bigotes largos. Es muy amable y siempre me dice: ¿Cómo estás m'ija? Es un personaje... ojalá se abra Medicina.

En fin, pienso que lo de los muertos puede ser peor: en lugar de ser como tacos podrían ser como los zapatos: Me los llevo puestos...