Lo miro. Ash, un tránsito... un tránsito... wow, ¡qué tránsito!
Es poco común ver a un hombre uniformado guapo en estos rumbos. Y en verdad, nunca he considerado sexy eso de los uniformes. Sin embargo, él me hace cambiar de opinión.
Un gran cinturón negro ciñe su uniforme al cuerpo; aprieta la camisa blanca permitiendo notar su pecho fuerte, los brazos musculosos, las pompas duras. Un cuerpo ejercitado y bien formado a lo largo de muchas horas de entrenamiento... sí, el sueño de cualquier conductora acalorada y estresada por el tráfico de las 2 de la tarde.
Lo miro.
Me mira.
No puedo evitar sonreir.
FUCK.
Sonríe de regreso y...
al notar que le falta un diente central, decido continuar con mi camino y guardar el fetiche del uniforme para otra ocasión.
1 comentario:
jajajajaja ay amie, sólo a ti te pasan estas cosas jajajaja me has alegrado el día :)
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