mayo 19, 2005

19 de mayo, 2003

Hoy me tomo unos minutos para celebrar. Hace 2 años naciste Aitana; un lunes 19 de mayo a las 7:26 llegaste a nuestras vidas. La noche había sido pesada, pues las contracciones llegaron a doler tanto que ya no eran graciosas. Toda la familia estaba aquí, pues habían venido a celebrar los 15 años de Fernanda.

No puedo mentir, me dio mucho miedo cuando me metieron al quirófano. Era como en las películas: todo muy limpio, luces en el techo que avanzaban, enfermeras cuyas caras no recuerdo y los doctores. Un simpático anestesista me explicaba todo lo que pasaba, la anestesia en la columna, el calorcito, el adormecimiento... y dejé de tener sensibilidad. El mismo anestesista me iba narrando todo, yo sólo sentía jalones. Por momentos, me sentí como Bart y Lisa preguntando a Homero: ¿Ya?, ¿ya llegamos a parque Krusty?, ¿ya llegamos?... ¿ya Doctor?

De pronto, escuché sonidos raros, no era tu llanto, eras tú anunciando que ya estabas aquí. Ahí comenzaron las prisas y yo a llorar. Lo más extraño es que sólo me dejaron verte dos, SÍ, dos injustos segundos y te llevaron a limpiarte. A pesar de ese poco tiempo, pude apreciar tus ojos, aquellos ojos que durante todo mi embarazo recé porque fueran azules como los de tu primita María Isabel; aquellos que cuando descubrí que eran cafés como los míos, comencé a adorar.

Ahí fue cuando comenzaste a llorar, tus abuelitos dicen que los chillidos se escuchaban hasta afuera del quirófano. Hasta la fecha, nadie se ha preocupado por que no tengas los pulmones bien desarrollados. Yo, me quedé padeciendo las consecuencias de la anestesia, y me llevaron al cuarto. Aún recuerdo la cara de mi madre cuando me vió, la misma cara que supongo tendré yo cuando tú seas mamá.

¡Ah! Algo mágico sucedió. Cuando las enfermeras te llevaban a los cuneros ibas llorando, pero la metiche de la tía Fernanda interceptó a la pobre enfermera y te comenzó a hablar: tú, te quedaste callada y la observaste. Así, aún dentro de la incubadora a la que te metieron unos minutos, cuando tía Fernanda te hablaba, tú simplemente guardabas silencio y la observabas. Desde entonces creo que esa relación apache tan especial que tienen durará para siempre.

Hoy, no puedo creer que ya tengas dos años, que me contestes "Sí mamá" cuando te digo algo (aunque no obedezcas), que ya te sepas las vocales y algunos números, que veas la tele con la pierna cruzada y que seas la niña más golpeadora de tu salón con un récord de 4 niños violentados en el mismo día... hoy sólo sé que eres mi eje, el sentido de mi vida.

Que tengas un feliz cumpleaños número 2.

4 comentarios:

SirenNa dijo...

Mmmmhh... :/

RomáN dijo...

Amie!: sin duda me uno a la celebración y deseo salud y alegrías para ambas!

DOS AÑOS
Dos años de dudas y certezas
Dos años de alegrías y miedos
Dos años de tener una princesa
Dos años de arco iris en tu cielo

Dos años de desvelos y espantos
Dos años de una tierna taureana
Dos años de travesuras y llantos
Dos años de tener a tu Aitana

Dos años que cambiaron tu vida
Dos años de lluvia fresca de abril
Dos años de tu niña más querida
Dos años del retoño de mi Amie

Con cariño
Román

SirenNa dijo...

¡Román!
Gracias, gracias por tomarte el tiempo de escribir esto tan lindo :)

Aitana recibió muchos regalos: este es uno de los más lindos.

Gracias amiguito.

Anónimo dijo...

¡Que belleza!
No puedo evitar leerte y pensar en mi mamá, en su mirada de preocupación cuando no sabe como hacer que deje de llorar, en sus palabras y sus apodos, en sus caricias por la mañana, en lo feliz que he sido a su lado estos años, en todo lo que me ha enseñado, en el amor y la admiración tan grande que le tengo.
¡Ah! Que maravilla eso de las relaciones apaches, así es la mía con la mayor de mis primas, jajaja.
Un besito para Aitana y uno para ti.

Muchos saludos y gracias por compartir esa hermosa carta.