Retomando mis visitas a otros blós (no lo había hecho por falta de ganas y tiempo) me encuentro con algo que alguien escribió... alguien a quien admiro, y quiero mucho. Él por alguna circunstancia (bueno, yo le dije que saliéramos a beber para olvidar; siempre me divierto infinidad con él, sobre todo la última vez que nos fuimos juntos a voyeurear un rato), supo que yo andaba mal.
Gracias Tino... es hermoso, hermosísimo.
Y sí, lo sostengo, la felicidad es efímera y regresó /regresará/ a mí.
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El silencio que crece.
Para Enna.
No hay espacio en este mundo
Para tu silencio y el mío
Para tu soledad que revienta paredes
Para mi tristeza que enturbia las tardes veraniegas.
No hay lugar para tanto desatino
Para tantas angustias y desencuentros.
Este mundo es una calle estrecha
Un paraje de cristales rotos
En el cual cabemos apenas codo a codo
A punto de la asfixia.
En el que usted y yo
Danzamos como sombras
En busca de asidero
En busca de un rincón donde posar la mejilla
Para cerrar los ojos
Y soñar con paraísos (im)posibles.
Me gustaría pensar que es nuestra la faz de la tierra
Con cada esquina y cada plaza
Cada lecho y cada mesa
Como un espacio para tu voz y la mía.
Pero a veces te observo
Taciturna mirar por la ventana,
Sumergida en mundos lejanos,
Extraviada a mitad de la noche.
Entonces, siento el desamparo
devorar mi costado, mis costillas
Y reconozco el silencio
El vacío
El tiempo que escapa dentro del tiempo.
Es cierto,
La impotencia es compasiva
Y no hay razón para dejarse incendiar
Por el miedo.
Tino V., 2008
1 comentario:
mmmmh demasiado personal para escribir algo
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