octubre 09, 2009

Love & education

Es viernes. En este momento debería estar viajando hacia Tlaxcala a impartir un curso sobre competencias docentes. Pero no.

La vida se ha encargado de demostrarme con insistencia que esto de la educación es muy parecido a los asuntos del amor.

En la educación como en el amor, se trata de dos. Uno solito no sirve de nada. Es un binomio en el que se tiene que trabajar desde dos partes: el maestro (ahora está in llamarle facilitador- culpa de las benditas competencias) y por supuesto, el alumno, estudiante, discente y una eterna infinidad de términos que no vamos a mencionar.

El idilio puede generarse desde la primera cita. Esa primera cita en la que se conocen, se presentan, se identifican, muestran lo mejor de sí, ven si se gustan; si desde un inicio no lo hacen, ya valió madres.

Como en toda relación (dicen) hay siempre uno que quiere más. Lo idóneo, es que ambos quieran por igual, pero si el alumno no quiere... ya valió madres.

Si uno de los dos no se siente lo suficientemente enamorado (ya en educación no seamos tan idealistas, con que esté mínimamente interesado basta), es muy probable que la relación truene y por supuesto... ya valió madres.

Si no le gusta cómo se lo haces (en educación sería el proceso enseñanza-aprendizaje, por supuesto)... ya valió madres.

Y sí, por supuesto, mi relación con mis alumnos tlaxcaltecas (dos en particular) valió madres.

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Pero soy feliz porque, aunque pobre, no tengo que viajar desde las 7 am y regresar a las 2 am... aunque ese chofer que me llevaba... ufff qué chofer... a ése sí me lo dooyyy ;) Gracias R.

2 comentarios:

Rapé dijo...

Así es el amor...

the rulo dijo...

una manera muy interesante de pensar, opino q es verdad, las dos partes deben querer por igual, pero creo q en su caso usted (como facilitadora je), siempre quiere, siempre tiene la disponibilidad, q no muchos,..extrañaba este tipo de post q te hacen reflexionar, un saludo teacher creo q con nosotros "no valio madres"